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jueves, 3 de abril de 2014

Inventan un cemento más sostenible a partir de residuos cerámicos

No está mal esto de darle salida a un desecho contaminante, pero vaya por delante que lo ecológico y sostenible es no producirlo. En este caso, los residuos de cerámica -componente principal de paredes de fachada, ladrillos, baldosas y tejas- serían los que habría que sustituir por otro material de construcción o, como un mal menor, inventar para ellos una solución que nos libre de que acaben formando grandes montañas de escombros.

¿Cómo hacerlo? Su reciclaje suele adoptar formas que van desde guardar los trozos sobrantes tras recortarlos para su uso en la misma u otras obras hasta convertirlos en relleno de obras y carreteras o, por ejemplo, para triturarlos y fabricar hormigón reciclado.

En esta misma línea, un equipo internacional de científicos ha desarrollado un nuevo tipo de cemento que aprovecha estos restos cerámicos de construcción. En concreto, parten de restos de los típicos ladrillos de arcilla roja cocida, de baldosas de gres para obtener un producto similar al cemento Portland, pero más sostenible. En palabras de María Victoria Borrachero, investigadora de la Universidad Politécnica de Valencia:

Se trata de un cemento novedoso. Su principal característica es que no contiene cemento Portland, lo que lo convierte en un material más sostenible que los empleados actualmente. Está compuesto únicamente por el residuo cerámico, una sustancia química activadora y agua.

Sostenible y económico

Creado de forma conjunta por la Universidad Politécnica de Valencia y de la Jaume I de Castellón, en colaboración con el Imperial College de Londres y la Universidad Estadual Paulista de Brasil, resulta más barato y efectivo, así como menos contaminante al necesitar sólo una pequeña cantidad de energía para su producción.

Los pasos seguidos para su obtención es sencillo. Según explican sus creadores, después de triturarse y molerse el ladrillo, se mezcla con la disolución activadora, se amasa junto con el árido y el cemento, se coloca en moldes y se le somete a un proceso de endurecimiento especial a altas temperaturas.

A partir de estos resultados se buscan otras sustancias activadoras que mejoren su sostenibilidad, así como ampliar los usos y prestaciones de los productos obtenidos a partir de estos residuos. Se trata de una interesante aportación, sin duda, pero no es la primera en este campo.

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