“La desesperación por vender y la dura ‘pelea’ de precios entre las cementeras que tienen presencia en el mercado cruceño es la clara señal que la construcción está en franca desaceleración económica”, señaló Margarita Oropeza, en su tienda de venta de insumos y materiales de construcción en la zona del Alto San Pedro.
El bajo registro en venta, a decir de la mujer, es otro indicador que refuerza su teoría de inactividad de desempeño del sector constructor. Refirió que aún queda en su memoria la disputa de personas por cemento en los mismos camiones que repartían el producto en la zona. Eso fue en 2015. “Ahora pido 400 bolsas de las marcas Camba, Fancesa y Warnes y me cuesta hasta un mes y medio colocarlas en el mercado. Ni con los precios bajos sale el producto ni los albañiles llegan como antes a la tienda”, apuntó la comerciante.
En un recorrido por ferreterías, en este punto y en otras dispersas en el Plan Tres Mil, la Villa Primero de Mayo y la Pampa de la Isla, se corroboró que el precio de la bolsa de cemento fluctúa entre Bs 44 y 46 (sin factura) y entre Bs 45 y 48 (con factura). Los vendedores detallan que la diferencia de precio condiciona la compra del producto sin factura. Sin nota fiscal, la bolsa de 46 kilos de cemento Camba se vende a Bs 44; de la marca Warnes, se cotiza a Bs 45; y con el sello Fancesa, cuesta Bs 46. En marzo de 2017, dependiendo de la marca, los valores se mantenían de Bs 53 a 56.
Los ‘camioneros’, otro actor importante en la logística de distribución de la producción cementera del occidente al oriente del país, también hablan de un efecto negativo en sus actividades atribuido al flojo desempeño del sector de la construcción, con mayor impacto, en Santa Cruz.
Así, por ejemplo, Gerardo Uribe, comentó que cientos de operadores del transporte ‘pesado’ se han convertido en almacenes móviles de la industria cementera de Chuquisaca. Aseguró que la descarga de producto, desde el punto de despacho hasta el centro de destino, demora hasta 20 días. “La rotación a destiempo en la logística por la sobreoferta de cemento en el mercado y la marginal venta en las distribuidoras está ‘liquidando’ al sector”, expresó el transportista.
Otro efecto, según comentó, atribuido a la desaceleración del sector constructor, es la pretensión de los generadores de carga de reducir el costo del flete, por bolsa transportada, de Bs 15 a 13. “Dicen que ellos (industria) también están castigados por la caída de la demanda de cemento por la desaceleración en la construcción de obras civiles”, dijo.
Mirada sectorial
Para el gerente general de la Cámara Departamental de la Construcción de Santa Cruz (Cadecocruz), Javier Arze, la rebaja del precio del cemento tiene que ver con la competencia y el aumento de capacidad productiva de las industrias cementeras. No obstante, deduce que la caída de precio está relacionada con abundante oferta existente en el mercado por la desaceleración de la economía sectorial. “No hay el nivel de construcción que teníamos entre 2015 y 2016. No hay obras y en el primer semestre transcurrido todos los indicadores del sector están en picada. Estimamos cerrar la gestión con un crecimiento moderado”, dijo.
Arze cree que el flojo desempeño en ejecución presupuestaria de inversión pública acentuó la desaceleración. A su juicio, si el Gobierno no toma medidas anticíclicas, como la planilla de avance de obra como documento mercantil, apura el fideicomiso de $us 500 millones propuesto para generar flujo y movimiento en la economía sectorial y alienta las alianzas público-privadas, el panorama del sector de la construcción tiende a complicarse aún más, inclusive comprometer el cierre de empresas.
Para la presidenta de la Cámara Inmobiliaria de Santa Cruz, Claudia Rodríguez, la situación económica del país afecta de manera diferente a todos los sectores, entre ellos, la construcción, ligada a las actividades de intermediación inmobiliaria. Desde su punto de vista, la mayoría de las empresas está abocada a ejecutar proyectos de vivienda social construyendo casas de $us 110.000, a menor precio, o levantando edificios con departamentos de uno o dos dormitorios que no sobrepasan los $us 70.000.
Esto la lleva a deducir que el sector inmobiliario siga creciendo.
Enfoque industrial
Desde Itacamba, su gerente general, Alexander Capela, dijo que perciben una desaceleración en la construcción en Santa Cruz. Atribuye la misma a la demora en el desarrollo de grandes proyectos. “Confiamos en que el próximo año se logre estabilizar la demanda de cemento, en la medida que se normalice la actividad de la construcción”, puntualizó.
Sobre el desempeño comercial, Capela aseguró que gracias a una sólida estrategia de marketing y de servicio al cliente y liderazgo en innovación han crecido a doble dígito y duplicado la producción y venta de cemento.
En cuanto al precio vigente en el mercado cementero, el ejecutivo de Itacamba deduce que al haber un incremento en la oferta, los precios tiendan a bajar. “Los actores del mercado tendrán que buscar eficiencia para mantener competitividad y atender a sus clientes con las mejores condiciones”, subrayó.
Desde la Fábrica Nacional de Cemento (Fancesa) creen que si bien el país no está dentro de una crisis económica, no menos cierto es que hay una desaceleración de la economía que genera un efecto negativo en el sector.
Fancesa revela un desempeño ligeramente superior al mismo periodo de la gestión fabril pasada, excepto mayo, que debieron sortear un paro cívico que afectó las ventas. En el tema de ajuste de precio en el mercado cementero, desde la cementera chuquisaqueña indican que, entre otros factores, la disminución de la demanda por la desaceleración de la economía que afecta al sector constructor y la mayor oferta de los jugadores cuya estrategia competitiva se centra en una ‘guerra de precios’ marcan, principalmente, la modificación de los valores. En la presente gestión fabril, Fancesa prevé producir y comercializar 1.030.000 toneladas de cemento.
El gerente general de la Sociedad Boliviana de Cemento S.A. (Soboce), Juan Mario Ríos, asume que la actividad de la construcción es una de las que más refleja la condición de la economía y de la inversión pública y privada, pero que el dinamismo en la primera parte de este año no fue el esperado. “La esperanza es que en lo que resta de la gestión la actividad productiva y la economía recuperen el ritmo de crecimiento”, dijo.
En el recuento comercial, Ríos indicó que la evaluación de gestión productiva y comercial de la empresa en lo que va de 2018 es positiva. Primero, porque Soboce incrementó su capacidad productiva de cemento un 80% por la ampliación realizada en la Planta de Cemento Viacha y, segundo, porque a pesar de las condiciones del mercado, la compañía alcanzó sus metas de venta de su plan de negocio.
Desde Coboce Cemento dan cuenta de que han sentido una desaceleración en la economía en general y en el sector de la construcción, en particular, producto de la coyuntura actual sumado a una baja ejecución presupuestaria en las alcaldías del eje metropolitano que ha afectado notablemente la demanda de cemento para obras públicas a la par de una oferta de bienes inmuebles que ha paralizado el mercado de la construcción de obras privadas. “El incremento de la oferta de bienes inmuebles a precios más bajos y las liquidaciones permanentes en los diferentes negocios son un indicador confiable de que hemos entrado en una fase de desaceleración económica a escala general”, asegura Coboce.
El Servicio de Desarrollo de las Empresas Públicas Productivas (Sedem) cree que la producción de cemento es una industria rentable y proporcional al desarrollo del país.
Paraguay lidera compras de la producción nacional
En el periodo 2017 y el primer semestre de este año, según el Instituto Boliviano de Comercio (IBCE), con datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), el mercado paraguayo absorbió la oferta exportable que genera Bolivia. Paraguay compró 158.194 toneladas de cemento de las 162.175 que Bolivia exportó en 2017. La operación se concretó por un valor de $us 10,2 millones.
Este año, hasta junio, Paraguay consumió de Bolivia 72.265 toneladas de cemento, de las 76.533 vendidas a este país y a Argentina, el otro destino de las exportaciones de cemento. Las ventas, en valor, superan los $us 4,7 millones.
A pesar de la alta oferta de cemento en el país, hasta junio de este año Bolivia importó de Perú 101.991 toneladas por valor de $us 10,1 millones. Este año, Itacamba exportó 72.000 y 5.000 toneladas de clínker a Paraguay y a Argentina, respectivamente.
Estatal Ecebol aspira copar 30% de la demanda interna
Empresa. La planta de cemento en Oruro tiene un 95% de avance en construcción. Prevén el despegue productivo en marzo de 2019
La Empresa Pública Productiva Cementos de Bolivia (Ecebol), de acuerdo con el plan de trabajo, prevé iniciar operaciones en marzo del próximo año. La planta de cemento, en Oruro, registra un 95% de avance físico en montaje y construcción de obras civiles.
Según la gerenta general del Servicio de Desarrollo de las Empresas Públicas Productivas (Sedem), Patricia Ballivián, la planta de Oruro tendrá una capacidad de producción de 1.300.000 toneladas de cemento por año.
Cabe recordar que en septiembre de 2013, mediante Decreto Supremo Nº 1734, se autorizó al Banco de Desarrollo Productivo BDP SAM a suscribir un contrato de préstamo por un monto de $us 306.867.066, con recursos del Fondo para la Revolución Industrial Productiva (Finpro), para la implementación, operación y puesta en marcha de la planta de cemento en la región de Oruro.
A decir de Ballivián, una vez irrumpa la planta en la producción de cemento, se pretende abarcar el 30% de la demanda nacional en los próximos tres años, después del despegue de operaciones.
La distribución de la producción de Ecebol será a escala nacional y su mercado objetivo es el sector de la construcción en sus diferentes vertientes. “La segunda planta en construcción tendrá como plan de negocios la exportación de cemento”, puntualizó Ballivián.
Ecebol será un actor en el mercado de la construcción de proyectos públicos y privados. Estiman que la planta estatal de cemento en Oruro generará 350 empleos directos y alrededor de 3.000 empleos indirectos.
Vistazo privado
Desde la mirada del gerente general de Cadecocruz, Javier Arze, la incursión de empresas estatales en el mercado productivo, en este caso cementero, no ofrece muchas expectativas de proyección porque su portafolio de negocio apunta a satisfacer un nicho de mercado específico y pequeño.
A su juicio, la esperanza de vida de las estatales es muy corta porque no tienen aspiración de crecer, a diferencia de los privados que llevan años produciendo para el consumo nacional y exportando.
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