La Fábrica Nacional de Cemento S.A. (FANCESA), que en los últimos 15 años se abocó al crecimiento productivo con ampliaciones en la parte de molienda y despacho, ahora también cuenta con una moderna nave industrial.
Esta infraestructura, construida sobre una superficie de 1.790 metros cuadrados, permitirá un mejor trabajo de mantenimiento del equipo pesado y la fabricación de piezas especiales y estructuras metálicas de gran volumen. Podrá soportar un puente grúa de hasta diez toneladas de capacidad.
Ejecutivos, directivos y personal de planta de la cementera chuquisaqueña recibieron ayer la obra concluida, en un acto especial al que invitaron a los periodistas.
En su discurso, la presidenta del Directorio de FANCESA, Elizabeth Flores, afirmó que la nave industrial facilitará un trabajo más eficiente para lograr mejores rendimientos de los equipos que tiene la fábrica.
“Este es un momento especial en el que da mucho gusto entregar una infraestructura de esta naturaleza que fue construida por el personal de la propia empresa”, remarcó.
El gerente General interino de FANCESA, Franco Bohórquez, por su parte, explicó que la obra es una muestra de la modernidad hacia donde incursiona la cementera. Recordó que comenzó hace tres años y se invirtieron $us 920 mil de recursos propios de la factoría.
“Este es un día de mucha algarabía para los trabajadores y los obreros de nuestra empresa, porque después de 15 años van a tener un taller donde desarrollar sus actividades de mantenimiento mecánico con toda la comodidad y seguridad que el caso lo exige”, afirmó.
Los ejecutivos también destacaron el aporte de SUCREMET, una de las empresas del grupo FANCESA, que se encargó de todo el trabajo de metal mecánica de la moderna nave industrial.
El proyecto tiene alto componente estético exterior
La particularidad principal del edificio industrial son sus cerramientos y paneles inclinados, que por el ángulo que prestan, evitan la acumulación de polvo; la selección del material y la manera en que se da uso se convierte en un momento fundamental del proyecto, en el que se construye la identificación de su esencia y su posibilidad de expresión y belleza, según el proyectista Wily Portugal.
Además la estructura prefabricada se organiza en base a una crujía de 37 metros en el sentido longitudinal, y cuatro crujías de dimensión variable en el sentido transversal que organiza el esquema funcional.
“De esta manera se logra mantener la unidad del diseño sin sacrificar el funcionamiento interno de la industria. Introduciendo y difundiendo la luz del exterior, cualificando el espacio de trabajo y caracterizando las fachadas del edificio”, explicó.
Ambientes
Planta baja. Nave de mantenimiento, siete talleres mecánicos y bodega de herramientas.
Planta alta. Sala de capacitación, oficinas, bodega de almacén y laboratorio de materias primas.
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